updated 8:51 PM MDT, Jul 3, 2018
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Las Mujeres y la Independencia

  • Written by Mónica Sánchez

Hasta hace poco la contribución de la mujer en la lucha por la independencia de México había sido poco valorada y reconocida. Durante años quedaron olvidadas, ocultas en las sombras de la historia convertidas en heroínas silenciosas y testigos mudos. Investigaciones relativamente recientes demostraron lo contrario; ahora se sabe que miles se negaron a permanecer como espectadoras pasivas y, sin importarles los grandes riesgos que implicaban sus acciones, desafiaron con mucha valentía los límites impuestos por una sociedad rígida y dominada por el hombre.

La participación femenina en el movimiento insurgente se dio de muchas maneras. Existieron las “conspiradoras”, quienes disfrazaban de tertulias a las reuniones que planeaban la insurrección. También surgieron las “seductoras” que se encargaban de convencer a las tropas realistas para que abandonaran las armas y se unieran al levantamiento. Otras hicieron labores de correo, de espionaje y de guías de caminos; algunas más contrabandeaban armas, ocultaban a los perseguidos o auxiliaban a los heridos en combate. Por supuesto, no podemos olvidar a las que lucharon directamente en el campo de batalla.

Para dimensionar el valor del papel de estas mexicanas, no podemos soslayar las condiciones en las que se encontraban en el siglo XVIII, cuando la sociedad se dividía tajantemente por diferencias culturales y de linaje. Así podemos mencionar a la mujer esclava negra, dedicada a los trabajos duros de las haciendas y sometida a la marginación completa. Las indígenas se encontraban en una situación similar. Por su parte, las mestizas, libres de las obligaciones sociales y un tanto “del qué dirán”, encontraron mayores oportunidades en las actividades productivas fuera del hogar, como el comercio.

En mayor o menor medida, de todas las clases sociales surgieron mujeres que se sumaron a la causa. También las de la élite no se quedaron atrás y su aportación no fue menor, sobre todo si consideramos que en aquellos años, incluso contando con recursos económicos sólo tenían acceso a los estudios básicos: saber leer y medianamente escribir; más bien estaban destinadas al matrimonio, luego al cuidado de los hijos y siempre guardianas de la religiosidad y de la honra familiar.

Precisamente a esta última esfera pertenecieron dos figuras representativas de la lucha por la independencia: Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario, quienes abandonaron la comodidad y se despojaron de prejuicios para sumarse a la lucha. Ambas sufrieron castigo y fueron encarceladas por años, acusadas de traición.

Tal vez el curso de la historia hubiera sido otro si doña Josefa, la Corregidora, no hubiera alertado a tiempo a Ignacio Allende del descubrimiento de la conspiración. Tras ser liberada de prisión, a esta mujer de carácter fuerte y defensora de los indígenas le ofrecieron reconocimientos, títulos y recompensas económicas que siempre rechazó de manera enérgica, diciendo que ella sólo había cumplido con su deber.

Y qué decir de Leona Vicario, mujer de espíritu rebelde, inteligente y extraordinariamente culta. Inventó un sistema de claves para enviar mensajes a los rebeldes, compró armas, luchó con el ejército de José María Morelos, fue una de las primeras mujeres periodistas en México y destinó gran parte de su fortuna para alcanzar los ideales libertarios.

No podemos dejar de mencionar a otras valientes como a Gertrudis Bocanegra, Altagracia Mercado, María Ignacia Rodríguez de Velasco mejor conocida como la Güera Rodríguez, Antonia Peña, Mariana Rodríguez del Toro, Carmen Camacho, María Manuela Molina y muchas más. Desafortunadamente miles de mujeres quedaron en el anonimato. A cada una de ellas, por su historia y por su contribución: ¡Gracias!

Al terminar el conflicto la condición de la mujer no mejoró del todo, siguió la lucha por el respeto a sus derechos y tuvieron que pasar más de 60 años para alcanzar el derecho al voto. No obstante, ese fue el principio del surgimiento de mujeres empoderadas que a lo largo del tiempo han demostrado que su participación es vital en todos los ámbitos del acontecer nacional.