updated 8:51 PM MDT, Jul 3, 2018
A+ A A-

¿Cómo decir que NO, cuando quieres decir NO?

  • Written by Paloma Moreno

Para establecer relaciones sanas y sentirnos bien con nosotras mismas, es importante establecer límites y saber decir NO a ciertas personas, circunstancias y actitudes, sin embargo, en la práctica no es nada sencillo.

En este Artículo vamos a explorar tres técnicas de comunicación asertiva que nos permitan ir desarrollando estas habilidades.


¿Por qué algunas veces nos cuesta decir que No?


Las causas que influyen en nuestra dificultad para decir que NO, suelen ser muy diversas, y en cada caso en particular podríamos explorar las diferentes acepciones, sin embargo generalmente encontramos algunas ideas irracionales que sustentan y problematizan la situación volviéndose más compleja, por ejemplo:


Sentir culpa al no aceptar las peticiones de las demás personas: Generalmente priorizamos las necesidades de las demás personas sobre las de nosotras mismos, pues generamos pensamientos como: “si no lo hago, pensarán que soy egoísta”, “no soy buena madre”, “mi jefe pensará que no soy responsable, etc. Por lo general estos pensamientos suelen ser exagerados y en ocasiones fuera de la realidad. La idea no es ser egoísta, sino poder encontrar un punto medio en el cual, podamos diferenciar y priorizar las situaciones, por ejemplo: “Me han dicho que me toca organizar, como cada año la fiesta familiar, en las que termino haciendo absolutamente tooodo, lo cual es cansado y estresante. Quizá me cuesta trabajo dar un rotundo NO, pero lo que sí puedo hacer en esta ocasión, de manera más clara y consiente, es organizar la fiesta familiar, pero solicitando la colaboración activa de todos, y de no ser así, sugerir que alguien más organice”.


La sobre responsabilidad (Temor a perder el control): Muchas veces el problema, radica en que nos sobre implicamos en actividades que no nos corresponden aludiendo al “bien común”, y lo que sí es común, es que otras personas puedan aprovecharse del exceso de responsabilidad que mostramos, demandándonos apoyo en tareas y haciéndonos sentir responsables del cumplimiento. Hago un paréntesis para comentar que en muchas ocasiones “este abuso por parte de otros, no es a nivel consiente, pues más bien así se ha establecido la dinámica de relación. Ejemplo: “Si hago diariamente la cama de mi hijo, para evitar discusiones, para que quede como a mi me gusta y en el tiempo que yo quiero, mi hijo verá que hacer su cama, es una responsabilidad mía, no suya, y su excusa será que él no sabe hacerlo”.


Considerar la opinión de los demás con mayor importancia que nuestros motivos personales: Cuando damos mayor importancia, a lo que suponemos, que las demás personas quieren de nosotros, cuando queremos simplemente evitar conflictos y quedar bien, enfocamos nuestra conducta generalmente de manera errónea, pues muchas veces dejamos de lado nuestra propia opinión, nuestros deseos, prioridades y nos es difícil poner límites, así nuestros motivos e incluso valores quedan sobrepasados. Por supuesto que es importante la opinión de lxs demás, particularmente si estas personas nos importan, y claro que de manera empática y respetuosa podemos considerar sus opiniones. Sin embargo, es muy importante que podamos aprender a escucharnos y por sobre todo, respetarnos a nosotros mismos, esto ayudara a poner en balanza las situaciones a resolver y nos permitirán tomar decisiones asertivas, para lo cual, a veces tengamos que decir NO, aun y cuando esta respuesta no agrade a los demás, podemos estar seguros, que estamos mostrando lealtad y respeto a nuestra persona.

¡SOS! ¿Qué puedo hacer?


Decíamos que un primer paso, es escucharnos, para conocernos, por lo que es muy importante poder reflexionar sobre aquellas situaciones en las que dijimos SI, cuando en realidad queríamos decir NO, en otras palabras, cuando necesitábamos poner límite. Una técnica muy efectiva es poder realizar el siguiente análisis de manera escrita, mientras tomamos el habito de escucharnos, pues cuando solo pensamos, brincamos de una idea a otra, y cuando hablamos o escribimos, estructuramos mejor nuestro pensamiento y por lo tanto nuestras emociones.


  1. 1. Podemos empezar por preguntarnos: ¿en qué situaciones o bajo que contexto sucede que digo SI, cuando quiero decir NO?, ¿con que personas?, así mismo buscar su opuesto, ¿bajo qué situaciones he podido poner límites? ¿Con qué personas?

  2. 2. Ayuda también visualizar e imaginar cómo nos hubiese gustado actuar ante estas situaciones, y explorar diversas y posibles soluciones.

  3. 3. Indagar en nosotras mismas, las emociones y sentimientos que se desprenden ante las decisiones que tomamos, podemos partir de la pregunta ¿cómo me siento? Nuestro cuerpo es muy sabio, y nos manda señales de malestar, cuando estamos siendo incongruentes, cuando sentimos abuso, cuando algo nos molesta, estas señales se manifiestan en displacer, y se agudizan cuando sentimos dolor de cabeza, gastritis, náuseas, insomnio, etc. Lo anterior es señal de que “algo” no esta bien.

  4. 4. Explorar nuestros pensamientos al respecto, por ejemplo: dije SI cuando quería decir NO, ¿Qué pensamientos vienen a mi mente? ¿qué me digo a mi misma?; es importante que podamos analizar las ideas irracionales y poder racionalizarlas a partir del principio de realidad.

Comunicación Asertiva: DI NO cuando quieres decir NO
Existen muchas técnicas que favorecen la comunicación ASERTIVA, en esta ocasión exploremos tres, que nos permitan iniciar en este bello arte de la comunicación asertiva y favorecer relaciones sanas:


  1. 1. Disco rayado: Consiste en mantener firmeza mientras se repite constantemente nuestro punto de vista, con un tono calmado ante la insistencia del interlocutor, ejemplo: “En esta ocasión no puedo acompañarte…si lo sé, pero en esta ocasión no puedo acompañarte… te quiero mucho, en esta ocasión no puedo acompañarte”.

  2. 2. Asertividad empática: es importante ponernos en el lugar de la otra persona, validar su opinión y argumentos, y posteriormente clarificar nuestro motivo, manteniéndonos firmes y tranquilas, ejemplo: “Me parece que tienes mucha razón en lo que planteas, y entiendo tu molestia, pero…en esta ocasión no puedo acompañarte”.

  3. 3. Aplazamiento asertivo: se trata de darnos la posibilidad de postergar nuestra respuesta hasta estar más tranquilas y con mayor claridad. Se recomienda cuando sentimos mucha ansiedad o que estamos siendo sobre pasadas por la situación, por ejemplo: “En este momento, me es difícil darte una respuesta, platiquemos mañana en la tarde, cada quien propondrá soluciones y llegaremos a un acuerdo”.