El Tiempo
- Written by Esperanza Barba
Creo que no hay un ser humano en la faz de la tierra que por lo menos una sola vez no haya dicho: “¡ Qué lastima siento haber perdido el tiempo!”
La verdad, yo lo he repetido muchísimas veces: cuando ya estamos navegando en los sesenta años, el tiempo se convierte en oro; un recurso no renovable, un patrimonio que no se puede recuperar, donde existieron oportunidades que no se tomaron en cuenta, pensando que aún teníamos tiempo. Lo derrochamos con la seguridad de que el mañana está asegurado. ¡Cuántas horas muertas hemos tenido!, ¡cuánto tiempo hemos matado inútilmente!, cuánta vida desperdiciada en la nada!
Sujeta, pues, y haz tuyo el instante que pasa, llenándolo de bondad, de estudio, de ensueño. Y que tu dulce abnegación por el bien de nosotros, tu vigoroso ahínco, con la propia perfección, tu caminar perene por el mundo de la belleza vaya siempre bajo una íntima palpitación de amor divino. Así harás una alquimia inaudita: “!sacar eternidad de un instante fugaz!
Mi Reina, no esperes a estar en la recta semifinal o final para apresurar y realizar todo lo que has querido; y esto que te voy a decir, duele –por lo menos a mí–: ya usamos bastante de este recurso y no hemos aprendido a amarnos. ¿Cuánto tiempo necesitamos para aprender a desaprender todas esas actitudes de desamor, de indiferencias contra nosotras mismas?, ¿por qué no somos capaces a veces de darnos una limosna de nuestra propia compasión?
Esos dulces que representan el tiempo, los tiramos, desperdiciamos o regalamos, con tal que nos acepten los demás. ¿Cuál sería el remedio? Pues muy fácil…¡simplemente despierta!
Mi niña, Yo ya no me permito que me quiten el tiempo, pero tampoco se lo quito a nadie. He vivido más de lo que me falta por vivir; ya mi tiempo se está escaseando… mi alma, mi esencia, mi corazón, están ansiosos; mis dulces se me están acabando.
Quiero vivir, platicar y compartir con gente humana…muy humana, que ría de sus errores, que no huya de sus responsabilidades que no se haga la víctima, que siempre tenga proyectos , que le guste leer, disfrutar un atardecer en el mar, que no me juzgue, no esté amargada, que sea agradecida y humilde, y muy honesta, que le guste cantar, que cuente chistes, que se indigne con el dolor ajeno, que no deje de crecer, que no traicione y que no me haga perder el tiempo, que ya no me queda mucho. Tal vez, mi amiga, pienses que soy exigente, pero eso mismo que pido es lo mismo que ofrezco a las personas que quieres compartir conmigo su valioso tiempo. Eso es lo que hacer que la vida valga la pena, y tu vida y la mía lo valen.
Mi amiga, recuerda que el tiempo pasa, pesa y pisa. Vamos a relajarnos un poco más, e intentar estar más alegres, sin tomar tan en serio la vida. De todos modos de ésta no salimos vivas.
Y recuerda que…lo más valioso de la vida es lo que la muerte no te puede quitar.
Resumen del Capitulo 3 del libro “Soy una Reina ¡Les guste o no! “ de la Autora Esperanza Barba, Conferencista, Estratega de vida, Escritora y Enamorada de la Vida.